miércoles, 16 de junio de 2010

Merequetengue y el temor al ridículo

. .

La palabra Merequeté no aparece en el diccionario español y el término más parecido al cual podríamos atribuirle su origen es "Merequetén" que significa es más o menos: confusión, escándalo, motín. Este término es usado también para expresiones tales como "la pasé merequetén" aludiendo a momentos de alegría y fiesta.

.

Existe la palabra "Merequetengue" (en el argot popular), un sinónimo de quilombo, con la que el argentino Luis Pescetti bautizó una suerte de animación, tipo "stand up" -bastante agradable por cierto- en un célebre video donde él desde el escenario hace que su feliz auditorio siga entusiastamente cada movimiento suyo a pesar de las limitaciones propias de este tipo de escenarios (butacas fijas, formación en filas escalonadas descendentes así la presencia de niños y adultos en un mismo espacio). ¿Cómo la haces Luis?

.

Esta es la razón del presente escrito. Indagar acerca de este término que refleja el espíritu divertido y grupal de algunas reuniones que resultan inolvidables y que han dado su nombre a múltiples dinámicas grupales a veces realmente espontáneas y otras no tanto y más bien forzadas (o como decimos aquí en Perú "disforzadas").

.

Lo que pretendo es hacer una reflexión acerca de esta condición que logran algunas(os) conductores de grupos que consiguen alta espontaneidad y frescura en sus grupos haciendo del ejercicio una rutina muy agradable a pesar de que aparentemente las consignas de la dinámica resulten ridículas.

.

Temor al ridículo

.

Ciertamente, muchas personas abandonan una dinámica grupal a fin de evitar ese sentimiento de insulza torpeza o ridículo que a veces produce una "consigna" no calculada o el sentimiento de incomodidad o banalidad que trasciende silenciosamente desde el mismo conductor y que irradia en su grupo, una especie de onda emocional que no se escucha, que no se ve, pero que se siente y contagia.

.

Al respecto me permito sugerir lo siguiente: Para conducir grupos hay que creer en lo que se hace y sólo cuando creemos en lo que hacemos trasmitimos esas ganas de jugar. La magia de la conducción del grupo radica en eso ...en las ganas de jugar, en las ganas de disfrutar en el permiso interno de nuestras mentes para "hacer" dejando de lado la nefasta autocrítica que malogra nuestros mejores esfuerzos. ¡¡¡A DISFRUTAR!!!

.

Un abrazo

.

Hans Gutiérrez

moderador





No hay comentarios: