martes, 23 de julio de 2019

SALUD MENTAL EN ESPACIOS LABORALES



Por: Hans Gutiérrez[1]
Director de DH FACILITADORES / DH CORP


Son miles de casos. Por decir algunos, señalaré que la experiencia dolorosa de una jefa o jefe mandón y agresivo, o la de un empleado quisquillosamente respondón o tal vez la de una colaboradora que sospecha animadversión en cada empleado que le dejó de hablar. Estas cosas ocurren reiteradamente e inciden claramente en el bienestar emocional y productivo de cualquier equipo. 

Éste artículo intentará hacerle ver, querido lector, el modo en el que la perspectiva de la salud mental permite descubrir y comprender aquellos factores que influyen en un buen clima laboral. De modo tal, que usted tenga en cuenta ciertos factores clásicos y acaso universales que manejados inteligentemente pueden incentivar los más puros entusiasmos o sofocar las más desesperantes crisis.

¿QUÉ ES SALUD MENTAL?

Veamos, ¿qué es salud mental? Es definida por la OMS[2] como “un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”. 

Por otro lado, el MINSA[3] señala “la salud mental es mucho más que la ausencia de enfermedad mental” y agrega, “cuando hablamos de la felicidad, de la tranquilidad de espíritu, de la capacidad de goce o satisfacción, estamos usualmente hablando de la salud mental”

Según estas miradas, se espera que cada persona sea feliz (viva en bienestar) y en virtud a ello, logre desarrollar sus capacidades personales para ser fructífero y productivo.

DOS FACTORES

Rescato de estas definiciones dos variables: felicidad y productividad. 

Ambas son de naturaleza diferente pero a la vez sanamente complementarias en espacios laborales y supone que el bienestar o felicidad del colaborador/a incide en el flujo productivo de la empresa u organización. Es decir, no habrá el desarrollo de las capacidades y productividad si antes no hay felicidad o bienestar.

Factor 01: FELICIDAD 

La felicidad tiene muchas causas pero para efectos de este artículo la miraremos desde la perspectiva de la autorrealización[4] propuesta por Abraham Maslow, entendiéndose a ésta como el desarrollo de todo del potencial de cada persona. Por tanto, la felicidad dependerá de la satisfacción de ciertas necesidades como la de seguridad, la de amor y la de éxito.

Un colaborador o colaboradora, en ese sentido, buscará a través del desarrollo de su  trabajo una pericia tal que le permita reconocimiento en su entorno social, influencia en las decisiones importantes, honor y éxito en el sentido remunerativo para solventar el amor y sus frutos consecuentes así como los años venideros.

Todo aquello que conspire o impida el tránsito por esta ruta vital amenazará su felicidad. En esa línea, el gran espacio de tiempo que usa cada persona para trabajar resulta ser, en promedio, al menos la mitad de su vida consciente o despierta (08 horas). Por tanto, sus posibilidades de felicidad están en función al espacio donde labora, el lugar donde se desempeña y las relaciones o vínculos de satisfacción emocional que allí el o la colaboradora forje.

Factor 02: PRODUCTIVIDAD 

El interés de las empresas, de esta época, se ubica en el logro de productos u objetivos siendo éstas decisivamente influyentes en la generación de espacios agradables de convivencia laboral, pues de este factor dependerá el logro de esta maravillosa ecuación.

PRODUCTIVIDAD = FELICIDAD (buen clima laboral + autorrealización)

La felicidad genera inspiración, motivación, creatividad, flujo relacional y por sobre todo posee un efecto multiplicador del buen estado de ánimo. La ausencia de felicidad por el contrario, acarreará desánimo, falta de compromiso, relaciones rotas y menor productividad.

Sin embargo, no sólo la calidad de relaciones resulta decisiva. Son, también los vínculos con el poder o jerarquías los que influyen grandemente, sobre todo si los estilos de gestión afectan o detienen el natural desarrollo hacia la autorrealización de sus colaboradores/as.
 
CLIMA LABORAL

El clima laboral es el ambiente generado por las emociones de los miembros de un grupo u organización, el cual está relacionado con la motivación de los empleados.  Según Chiavenato (1992) constituye el medio interno de una organización, la atmosfera psicológica característica que existe en cada organización. 

Los espacios laborales son en alguna medida prolongación de la vida cotidiana, colindante con los íntimos círculos de la familia o de la vida amorosa. Los mismos conflictos que se experimentan con el padre, la madre, los hermanos o parejas, se confunden con los que se viven con los jefes, supervisores u oficinistas. 

Basado en esta reflexión, el clima laboral es la suma de los estados emocionales de todas y todos los colaboradores y que por su complejidad es que resulta impredecible o inmanejable para aquellos que no tienen la sensibilidad o conocimiento necesario, y que además tienen la responsabilidad de conducirlos. Bastan algunos ejemplos para confirmarlo: La “la ley del hielo”, la “lista negra”, los “bandos antagónicos” o los “innombrables” son manifestaciones grupales/populares que reflejan las inequidades, injusticias o preferencias que rompen el equilibrio emocional hasta inhibir la productividad.

Bajo el prisma del clima laboral cada persona es un mundo y este mundo muchas veces es activado por inesperados impulsos u temores complejamente enhebrados a un círculo de individuos que sin saberlo movilizan emociones, frustraciones, actitudes o posturas difícilmente comprensibles. A eso es lo que hay que apuntar a un espacio con relaciones interpersonales sanas, donde la confianza fluya y la comunicación no experimente baches, quiebres o limitaciones.

En esta época de la “tercera ola” de la “era digital” y los equipos colaborativos la lucha social se da entre dos posturas o paradigmas: unos de buscan la productividad desde un tradicional liderazgo vertical, rígido y ásperamente controlador y aquellos innovadores que buscan la productividad desde la felicidad, entendiéndose a ésta por generar relaciones horizontales y en red, respetuosas y de involucración creativo-funcional.

LOS GRANDES RETOS DE ESTA ÉPOCA

El gran reto es conciliar ambas posturas con lo mejor de cada lado: la modernidad y el pleno desarrollo de cada ser humano así como la práctica de liderazgos controversiales aunque si inspiradores, ambiciosos y respetuosos de cada colaborador/a, vigilando esperanzadoramente el desarrollo de sus sorprendentes posibilidades.

Finalmente, debo señalar proféticamente que se forjarán líderes o decisores responsables, conscientes de su ego, enfocados en entender la naturaleza humana, capaces de descifrar las necesidades, los sueños y las expectativas de las y los trabajadores, que coadyuven a la gestión de grupos sanos y solidarios, que generen equipos felices, capaces de construir colaborativamente culturas organizacionales ejemplares que apunten a la productividad individual, colectiva y por sobre todo que visionariamente sean capaces de aportar hacia la construcción de organizaciones mejores y acaso un mundo mejor.


[1] Psicólogo, psicoterapeuta grupal y facilitador de procesos grupales y equipos. Director de DH FACILITADORES y DH CORP. Email: hansgutierrez@dh-facilitadores.org
[2] OMS: Organización Mundial de la Salud.
[3] MINSA: Ministerio de Salud
[4] Autorrealización. Término acuñado por el psicólogo Abraham Maslow en el que sostiene que todo ser humano nace con la tendencia a buscar la salud mental a través del deseo de la autorrealizarse, desarrollando previamente todo su potencial que incluye la sanidad, la seguridad, el amor y la capacidad de éxito.

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