martes, 20 de septiembre de 2011

¿CÓMO LOGRAR CONSENSOS?


El taller era un poema. Gente participando, sonrisas, espontaneidad, participación grupal, las palmadas en mi hombro no se dejaban esperar "buena, maestro", "Felicitaciones", etc. Sin embargo, al final, faltando 30 minutos -cuando debía terminar la sinfonía de buenas voluntades- ocurrió lo inesperado.

Era un momento que ni mi cliente ni yo tomamos en cuenta. La formulación de la agenda para los próximos pasos de la organización. Yo creyéndome el todopoderoso asumí que sería "papayita" y seguramente el cliente pensó que éso sería un mero trámite. Y no.

Pujas, posiciones defensivas, acuerdos grupales, cuchicheos, miradas cómplices, Ironías verbales pronunciadas con tanta elegancia y altura que hasta resultaban creíbles. Un concierto de desorden resuelto -a dios gracias- de muy buena onda. Al final, el acuerdo. El consenso que dio paso a la tranquilidad, aunque dejando la sensación de que éste estaba débilmente sostenido.  ¿Qué pasó?, ¿a dónde se fue la armonía?. 

Obviamente, un punto así nunca, nunca debe ser dejado al azar, debe ser cuidadosamente planificado, incluso a costa de la confianza del cliente. Una lección que duele pero permite mejorar.

De regreso subo al bus, cansado y preocupado por lo observado. Y mientras "cabeceo" con ganas de dormir, escucho que los que hace minutos eran antagónicos participantes ríen, conversan, planean sin importarles asientos ni distancias. La armonía nunca se esfumó había regresado. ¿Qué habia pasado? Pues, que todo el trabajo de ese día generó confianza y ésta caló en ellas y ellos mucho más de que lo que había sospechado. El trabajo grupal fue bueno. Sin embargo, hay un tema por afinar EL LOGRO DE CONSENSOS.

Llego a casa y busco afanosamente el libro para reafirmar lo que sabía y no volver a dudar. ¿CÓMO LOGRAR CONSENSOS?. Obviamente, es un tema poco tratado en nuestro medio y sin embargo tan necesario para nuestra labor de facilitadores.

Una abrazo

Hans Gutiérrez
moderador

viernes, 16 de septiembre de 2011

¡¡¡cambiaremos la facilitación en el mundo!!!.

¡¡¡CAMBIAREMOS LA FACILITACIÓN EN EL MUNDO!!!


¡CAMBIAREMOS LA FACILITACIÓN EN EL MUNDO!

Por: Hans Gutiérrez


Camino agitado por una cuesta empinada cuyo suelo no es más que arena húmeda: llueve. Diviso charquillos de agua en cada resquicio, en los techos, en los plásticos de las ventanas y al pie de las puertas, conformando una estampa gris y lúgubre de Pachacutec invernal. Sigo mi ruta tiritando y con los zapatos mojados, pues debo ir al comedor popular en la zona “E” para dictar un taller a padres de familia de esta pobrísima ciudadela.

Las personas que distingo están cubiertas con chales de lana, bolsas de plástico y aunque parezca insólito calzan sandalias. Nuestros rostros lucen el fastidio causado por la lluvia finísima y helada que nos cala a ráfagas. Ingresan a la sala y se sientan en las sólidas bancas de madera.

Comienzo la sesión de hoy. El público es diverso. Hay gente adulta y abuelitos que ya se quedaron dormidos, señoras que cargan en la espalda a sus bebes y otras que les dan de lactar con desenfado. Los niños empiezan a jugar correteándose sin importar el clima, el suelo o los perros que ya están gruñendo. La luz es tenue y no hay masking tape que aguante el vidrio húmedo y la recia estera que imita difícilmente a la pared. Debo ingeniármelas para continuar ante este público ansioso por la novedad de hoy.

Saco de la mochila, mis plumones (marcadores) y mis papelógrafos enrollados. También saco mi voz potente y modulada, acaso circense. Encuentro allí el humor y la picardía que levantan el ánimo de todos. Extraigo al actor allí escondido que con sabiduría usa mi cuerpo para moverme en este pequeño metro cuadrado de espacio que me han cedido …y veo que el milagro ocurre nuevamente: rostros sonrientes, miradas intensas esperando un nuevo desenlace, descubro que las personas desconectadas son ahora un equipo que vibra al unísono. Percibo la esperanza en sus corazones y entiendo que el contenido de mis palabras cae en tierra fértil. Hay compromiso, hay voluntad, hay solidaridad.

Nos tomamos las fotos de recuerdo, felices. Ellos guardan sus separatas con respeto y se abrazan a pesar de sus diferencias culturales. Se miran a los ojos con atención y vuelven a sus casas convencidos del tema de hoy, sintiéndose parte de todo e integrados en el proceso colectivo. ¡Nuestro proyecto funciona!  

Año 2008. Inauguración de la I CONVENCIÓN DE FACILITADORES DEL PERÚ.

Miriam Torres en medio de algunas precisiones, señala con agudeza: “esta convención está dirigida a todas y todos aquellos aspirantes a facilitadores que caminan por comunidades lejanas y olvidadas, armados valientemente de sus plumones y papelógrafos, tratando de conducir un proceso de desarrollo para salir de la pobreza”. Hoy, después de tres años de convenciones peruanas consecutivas y acompañados por facilitadores de diversos países de latinoamérica, iniciamos el esfuerzo por aterrizar un sueño: LA CONLAF.

Ahora, unidos y convencidos, aquellos que a lo largo de sus carreras desarrollaron habilidades para trabajar con grupos y que presentían lo que “en esencia son” tienen hoy la oportunidad de formar parte de este proyecto fundamental. 

Hacer de la FACILITACIÓN una especialidad latinoamericana. Un todo compartido, teñido de nuestra historia, color y magia. Una especialidad que debe nacer y nutrirse desde dentro, desde nuestras raíces latinoamericanas para engrosarla, para hacerla grande, nueva y imponente. LA CONLAF es un sueño que cambiará la facilitación en el mundo!  



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