jueves, 29 de agosto de 2013

APORTES A LA CONCEPTUALIZACIÓN DE LA FACILITACIÓN




Por: Rodrigo Arce Rojas*

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Es indudable que en los últimos años ha habido un gran avance de la facilitación en Latinoamérica y especialmente en el Perú. No obstante este desarrollo aún persiste una dispersión conceptual sobre lo que significa la facilitación. Así, podemos encontrar que diversos practicantes llaman a su trabajo “facilitación” y se consideran “facilitadores ”. Incluso han aparecido ahora oportunidades laborales para facilitadores no quedando absolutamente claro si las funciones se ubican en lo que se entiende por facilitación.

El objetivo de este artículo es contribuir a un esclarecimiento de lo que significa la facilitación. Reconociendo que hay diferentes corrientes y prácticas que podrían ubicarse en el concepto de facilitación, trataremos de elaborar una propuesta integradora.

Para el efecto partiremos de una definición clásica de la facilitación que como sabemos partió del acompañamiento a grupos específicos en reuniones (o eventos) y especialmente en la aplicación de metodologías participativas.

La definición original mencionada que “la facilitación refiere a procesos y funciones mediante los cuales se acompaña a grupos al logro de sus objetivos haciendo un uso eficiente del tiempo y los recursos en un clima agradable”. Como podemos deducir de la definición había un fuerte enfoque hacia la efectividad en la dinámica de los grupos traducido en el logro de los objetivos establecidos.
No obstante, el mundo de la facilitación se ha diversificado en gran medida y ya no se aplica únicamente en talleres participativos. La facilitación se aplica ahora dentro del campo de la psicología, la educación, la política, el desarrollo comunitario, el desarrollo social, la administración, entre otros tantos campos de la sociedad. La facilitación ahora es ubicua.

De un análisis de las diversas formas cómo se aplica la facilitación extraemos las siguientes conclusiones:


  • La facilitación ahora puede aplicarse a reuniones (eventos) o a procesos sociales y procesos organizacionales (ligados a empresas)

  • La facilitación puede aplicarse a la persona en su integralidad o a partes de la persona (facilitadores del cuerpo, facilitadores de la mente, facilitadores del corazón y del espíritu; incluyendo algunas combinaciones)


La figura 1 muestra los tipos de facilitación que hemos podido sistematizar.

 

Fig. 1. Tipos de facilitación

Fuente: Elaboración propia

La tipología pone énfasis en la orientación fundamental (personas o colectivos) pero estos tipos de facilitación están fuertemente interrelacionados porque existe una correspondencia individuo-sociedad propia de la caracterización fundamental del ser humano como ente biopsicosocial.
Tres elementos comunes  en todo tipo de facilitación refieren a:


  • La capacidad de ponerse de acuerdo (como capacidad de un grupo o incluso la capacidad de ponerse de acuerdo consigo mismo)

  • Explicitar el acuerdo en uno o varios objetivos (sea que estemos hablando del cuerpo, la mente, el corazón, el espíritu o la combinación de éstos). Estamos hablando de objetivos superiores cualquiera sea el campo del que estemos haciendo referencia.

  • La transformación de estos objetivos en acciones transformadoras ( otra vez, sea que estemos hablando del cuerpo, la mente, el corazón, el espíritu o la combinación de éstos)

Todos estos elementos nos llevan a la necesidad de hacer más explícito el enfoque ontológico de la facilitación.  Dos modelos contribuyen a ello:


  1. El círculo Paradigma-Pensamientos- Sentimientos-Manifestaciones (actitudes, discursos y prácticas)
  2. Las interrelaciones que existen entre el cuerpo, el cerebro, la fisiología, la palabra y las emociones.
  3. Las interrelaciones entre el “cómo veo” – “cómo siento” – “cómo hago”


Aunque hay civilizaciones más enfocadas hacia lo racional y otras civilizaciones más orientadas hacia lo espiritual, es indudable que no es posible trabajar a la persona humana desde una visión fragmentaria.

Por todo ello, nuestra propuesta de definición de facilitación es la siguiente:

Gestión deliberada de paradigmas, pensamientos, sentimientos y manifestaciones (actitudes, discursos y prácticas) con el propósito de que las personas o colectivos humanos fortalezcan sus facultades, potencialidades y capacidades y puedan  ponerse de acuerdo en torno a objetivos superiores orientados a alcanzar cambios transformadores en un ambiente armonioso en comunión con la naturaleza y el cosmos.

Como podemos apreciar la definición planteada no es más que un desarrollo de la definición clásica incorporando de manera explícita el enfoque ontológico del ser humano poniendo énfasis en su integralidad. En este contexto, la facilitación tiene una mirada trascendental porque está orientada al despliegue de las capacidades, facultades y potencialidades humanas. En tal sentido, la facilitación, cualquiera sea el campo de aplicación alude al fortalecimiento, a la liberación, a la restauración y la sanación. Estamos hablando por tanto de una facilitación orientada al desarrollo humano.

Es importante adoptar una definición concordada de la facilitación para no confundirlo con los medios o las herramientas o incluso de las estrategias de facilitación. Así por ejemplo los medios pueden ser las reuniones en general, los eventos, los diálogos, los conversatorios, los debates, el acompañamiento, la pasantía, entre otros. Las estrategias de facilitación pueden estar orientadas a energizar, hacer reflexionar, orientar a la acción, promover el rencuentro consigo mismo, recuperar y fortalecer la identidad colectiva, entre otras.

Un concepto más concordado también tiene que ver en la elaboración e implementación de estándares de certificación, con las funciones y competencias del facilitador y nos permite reconocer a cada uno de los facilitadores en qué campo de la especialización estamos desarrollando nuestras actividades. Cualquiera que sea nuestra especialización quedamos invitados entonces a contribuir activamente a la práctica de una facilitación ontológica. 



Lima, 26 de agosto del 2013.


[*] Ingeniero Forestal. Especialista en Fortalecimiento de Capacidades del Proyecto Regional DIALOGO SUR de CARE Perú y Vicepresidente de la Asociación Peruana de Facilitación (APF).
[*][*] Por cuestiones de edición cuando menciono a facilitadores estoy incluyendo también a facilitadoras.

1 comentario:

HORACIO NÚÑEZ dijo...

Gracias y felicitaciones por el artículo amigo, esta definición que incorpora el concepto de gestión me parece que trasciende la visión utilitaria de la facilitación y creo que sería importante acotar y/o desarrollar su dimensión ontológica en términos de un proceso democrático de concertación para la acción. Un abrazo y buen trabajo!