Por: Rodrigo Arce Rojas*
Es indudable que en los últimos
años ha habido un gran avance de la facilitación en Latinoamérica y
especialmente en el Perú. No obstante este desarrollo aún persiste una
dispersión conceptual sobre lo que significa la facilitación. Así, podemos
encontrar que diversos practicantes llaman a su trabajo “facilitación” y se
consideran “facilitadores ”. Incluso han aparecido ahora oportunidades
laborales para facilitadores no quedando absolutamente claro si las funciones
se ubican en lo que se entiende por facilitación.
El objetivo de este artículo es
contribuir a un esclarecimiento de lo que significa la facilitación.
Reconociendo que hay diferentes corrientes y prácticas que podrían ubicarse en
el concepto de facilitación, trataremos de elaborar una propuesta integradora.
Para el efecto partiremos de una
definición clásica de la facilitación que como sabemos partió del
acompañamiento a grupos específicos en reuniones (o eventos) y especialmente en
la aplicación de metodologías participativas.
La definición original mencionada
que “la facilitación refiere a procesos y funciones mediante los cuales se
acompaña a grupos al logro de sus objetivos haciendo un uso eficiente del
tiempo y los recursos en un clima agradable”. Como podemos deducir de la
definición había un fuerte enfoque hacia la efectividad en la dinámica de los
grupos traducido en el logro de los objetivos establecidos.
No obstante, el mundo de la
facilitación se ha diversificado en gran medida y ya no se aplica únicamente en
talleres participativos. La facilitación se aplica ahora dentro del campo de la
psicología, la educación, la política, el desarrollo comunitario, el desarrollo
social, la administración, entre otros tantos campos de la sociedad. La
facilitación ahora es ubicua.
De un análisis de las diversas
formas cómo se aplica la facilitación extraemos las siguientes conclusiones:
- La facilitación ahora puede aplicarse a reuniones (eventos) o a procesos sociales y procesos organizacionales (ligados a empresas)
- La facilitación puede aplicarse a la persona en su integralidad o a partes de la persona (facilitadores del cuerpo, facilitadores de la mente, facilitadores del corazón y del espíritu; incluyendo algunas combinaciones)
La figura 1 muestra los tipos de
facilitación que hemos podido sistematizar.
Fig. 1. Tipos de facilitación
Fuente: Elaboración propia
La tipología pone énfasis en la
orientación fundamental (personas o colectivos) pero estos tipos de
facilitación están fuertemente interrelacionados porque existe una
correspondencia individuo-sociedad propia de la caracterización fundamental del
ser humano como ente biopsicosocial.
Tres elementos comunes en todo tipo de facilitación refieren a:
- La capacidad de ponerse de acuerdo (como capacidad de un grupo o incluso la capacidad de ponerse de acuerdo consigo mismo)
- Explicitar el acuerdo en uno o varios objetivos (sea que estemos hablando del cuerpo, la mente, el corazón, el espíritu o la combinación de éstos). Estamos hablando de objetivos superiores cualquiera sea el campo del que estemos haciendo referencia.
- La transformación de estos objetivos en acciones transformadoras ( otra vez, sea que estemos hablando del cuerpo, la mente, el corazón, el espíritu o la combinación de éstos)
Todos estos elementos nos llevan
a la necesidad de hacer más explícito el enfoque ontológico de la
facilitación. Dos modelos contribuyen a
ello:
- El círculo Paradigma-Pensamientos- Sentimientos-Manifestaciones (actitudes, discursos y prácticas)
- Las interrelaciones que existen entre el cuerpo, el cerebro, la fisiología, la palabra y las emociones.
- Las interrelaciones entre el “cómo veo” – “cómo siento” – “cómo hago”
Aunque hay civilizaciones más
enfocadas hacia lo racional y otras civilizaciones más orientadas hacia lo
espiritual, es indudable que no es posible trabajar a la persona humana desde
una visión fragmentaria.
Por todo ello, nuestra propuesta
de definición de facilitación es la siguiente:
Gestión deliberada de paradigmas,
pensamientos, sentimientos y manifestaciones (actitudes, discursos y prácticas)
con el propósito de que las personas o colectivos humanos fortalezcan sus
facultades, potencialidades y capacidades y puedan ponerse de acuerdo en torno a objetivos
superiores orientados a alcanzar cambios transformadores en un ambiente
armonioso en comunión con la naturaleza y el cosmos.
Como podemos apreciar la
definición planteada no es más que un desarrollo de la definición clásica
incorporando de manera explícita el enfoque ontológico del ser humano poniendo énfasis
en su integralidad. En este contexto, la facilitación tiene una mirada
trascendental porque está orientada al despliegue de las capacidades,
facultades y potencialidades humanas. En tal sentido, la facilitación,
cualquiera sea el campo de aplicación alude al fortalecimiento, a la
liberación, a la restauración y la sanación. Estamos hablando por tanto de una
facilitación orientada al desarrollo humano.
Es importante adoptar una
definición concordada de la facilitación para no confundirlo con los medios o
las herramientas o incluso de las estrategias de facilitación. Así por ejemplo
los medios pueden ser las reuniones en general, los eventos, los diálogos, los
conversatorios, los debates, el acompañamiento, la pasantía, entre otros. Las
estrategias de facilitación pueden estar orientadas a energizar, hacer
reflexionar, orientar a la acción, promover el rencuentro consigo mismo,
recuperar y fortalecer la identidad colectiva, entre otras.
Un concepto más concordado
también tiene que ver en la elaboración e implementación de estándares de
certificación, con las funciones y competencias del facilitador y nos permite
reconocer a cada uno de los facilitadores en qué campo de la especialización
estamos desarrollando nuestras actividades. Cualquiera que sea nuestra
especialización quedamos invitados entonces a contribuir activamente a la
práctica de una facilitación ontológica.
Lima, 26 de agosto del 2013.
[*]
Ingeniero Forestal. Especialista en Fortalecimiento de Capacidades del Proyecto
Regional DIALOGO SUR de CARE Perú y Vicepresidente de la Asociación Peruana de
Facilitación (APF).
[*][*] Por cuestiones de edición cuando menciono a
facilitadores estoy incluyendo también a facilitadoras.
1 comentario:
Gracias y felicitaciones por el artículo amigo, esta definición que incorpora el concepto de gestión me parece que trasciende la visión utilitaria de la facilitación y creo que sería importante acotar y/o desarrollar su dimensión ontológica en términos de un proceso democrático de concertación para la acción. Un abrazo y buen trabajo!
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