Autor: Wayne Dyer “El poder de la intención”
1. NO TE SIENTAS
OFENDIDO
La conducta de los demás no es
razón para quedarte inmovilizado. Lo que te ofende solo contribuye a
debilitarte. Si buscas ocasiones para sentirte ofendido, las encontraras cada
dos por tres. Es tu ego en plena acción, convenciéndote de que el mundo no
debería ser como es. Pero puedes convertirte en degustador de la vida y
corresponderte con el Espíritu universal de la Creación. No puedes alcanzar la fuerza
de la intención sintiéndote ofendido. Por supuesto, actúa para erradicar los
horrores del mundo, que emanan de la identificación masiva con el ego, pero
vive en paz. Como nos recuerda A Course in Miracles [Curso de milagros] La paz
es de Dios "quienes formáis parte de Dios no estáis a gusto salvo en su paz".
Sentirse ofendido crea la misma energía destructiva que te ofendió y que lleva
al ataque, al contraataque y a la guerra.
2. LIBÉRATE DE LA
NECESIDAD DE GANAR
Al ego le encanta dividirnos
entre ganadores y perdedores. Empeñarte en ganar es un método infalible para
evitar el contacto consciente con la intención. Por qué? Porque, en última
instancia, es imposible ganar todo el tiempo. Siempre habrá alguien más rápido,
más joven, más fuerte, más listo y con más suerte que tú, y siempre volverás a
sentirte insignificante y despreciable. Tú no eres tus victorias. Puede que te
guste la competición y que te diviertas en un mundo en el que ganar lo es todo,
pero no tienes por qué estar allí con tus pensamientos.
No existen perdedores en un mundo
en el que todos compartimos la misma fuente de energía. Lo más que puedes decir
es que en determinado día rendiste a cierto nivel en comparación con el nivel
de otras personas ese mismo día. Pero hoy es otro día, y hay que tener en
cuenta otros competidores y otras circunstancias. Tú sigues siendo la presencia
infinita en un cuerpo que es un día una década mayor. Olvídate de la necesidad
de ganar no aceptando que lo opuesto de ganar es perder.
Ese es el miedo del ego. Si tu
cuerpo no rinde para ganar ese día, sencillamente no importa, si no te
identificas exclusivamente con tu ego. Adopta el papel de observador, mira y
disfrútalo todo sin necesitar ganar un trofeo. Vive en paz, corresponderte con
la energía de la intención e, irónicamente, aunque apenas lo notes, en tu vida
surgirán más victorias a medida que dejes de ir tras ellas.
3. LIBÉRATE DE LA
NECESIDAD DE TENER RAZÓN.
El ego es fuente de conflictos y
disensiones porque te empuja a hacer que los demás se equivoquen. Cuando eres
hostil, te has desconectado de la fuerza de la intención. El Espíritu creativo
es bondadoso, cariñoso y receptivo, y está libre de ira, resentimiento y
amargura. Olvidarse de la necesidad de tener siempre razón en las discusiones y
las relaciones es como decirle al ego: No soy tu esclavo.
Quiero abrazar la bondad y
rechazo tu necesidad de tener razón. Aún más; voy a ofrecerle a esta persona la
posibilidad de que se sienta mejor diciéndole que tiene razón y darle las
gracias por haberme encaminado hacia la verdad. Cuando te olvidas de la
necesidad de tener razón puedes fortalecer la conexión con la fuerza de la
intención, pero ten en cuenta que el ego es un combatiente muy resuelto. He
visto personas dispuestas a morir antes que dejar de tener razón. He visto como
acababan relaciones maravillosas por la necesidad de ciertas personas de llevar
siempre la razón. Te propongo que te olvides de esta necesidad impulsada por el
ego parándote en medio de una discusión para preguntarte: Qué quiero? Ser feliz
o tener razón?.
Cuando eliges el modo feliz,
cariñoso y espiritual, se fortalece tu conexión con la intención. En última
instancia, estos momentos expanden tu nueva conexión con la fuerza de la intención.
La Fuente universal empezara a colaborar contigo en la creación de la vida que
la intención quiere que lleves.
4. LIBÉRATE DE LA
NECESIDAD DE SER SUPERIOR.
La verdadera nobleza no tiene nada que ver con ser mejor que
los demás. Se trata de ser mejor de lo que eras antes. Céntrate en tu
crecimiento, con constante conciencia de que no hay nadie mejor que nadie en
este planeta. Todos emanamos de la misma fuerza vital. Todos tenemos la misión
de cumplir la esencia para la que estamos destinados, y tenemos cuanto
necesitamos para cumplir ese destino. Nada de esto es posible cuando te
consideras superior a los demás. No por viejo es menos cierto este dicho: Todos
somos iguales ante los ojos de Dios.
Olvídate de la necesidad de sentirte superior al ver a Dios
revelándose en todos. No valores a los demás basándote en su aspecto, sus
logros, posesiones y otros baremos impuestos por el ego. Cuando proyectas
sentimientos de superioridad, eso es lo que te devuelven, y te lleva al
resentimiento y en última instancia a sentimientos de hostilidad. Estos
sentimientos se convierten en el vehículo que te aleja de la intención. A
Course in Miracles habla de esa necesidad de ser especial y superior: El
sentirse especial siempre establece comparaciones. Se produce por una carencia
que se ve en el otro y que se mantiene buscando y no perdiendo de vista las
carencias que puede percibir.
5. LIBÉRATE DE LA
NECESIDAD DE TENER MÁS.
El mantra del ego es más. Por
mucho que logres o adquieras, tu ego insistirá en que no es suficiente. Te verás
luchando continuamente y eliminaras la posibilidad de alcanzar la meta, pero en
realidad ya la has alcanzado, y es asunto tuyo decidir cómo utilizar el momento
presente de tu vida. Irónicamente, cuando dejas de necesitar más, parece como
si te llegara más de lo que deseas.
Como estas desapegado de esa
necesidad, te resulta más fácil transmitírselo a los demás, porque te das
cuenta de lo poco que necesitas para sentirte satisfecho y en paz. La Fuente
universal está satisfecha de sí misma, en continua expansión y creando nueva
vida, sin intentar jamás aferrarse a sus creaciones por sus recursos egoístas.
Crea y se desliga. Cuando te desligas de la necesidad del ego de tener más, te
unificas con la fuente. Creas, atraes lo que deseas hacia ti y te desligas, sin
exigir que se te presente nada más. Si valoras todo lo que surge, aprendes la
gran lección que nos dio san Francisca de Asís es dar cuando recibimos. Al permitir que la
abundancia fluya hasta ti y a través de ti, estableces correspondencia con la
Fuente y aseguras que esa energía siga fluyendo.
6. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE IDENTIFICARTE CON TUS LOGROS.
Puede resultar un concepto
difícil si piensas que tú y tus logros sois lo mismo. Dios escribe toda la
música, Dios canta todas las canciones, Dios construye todos los edificios.
Dios es la fuente de todos tus logros. Y ya oigo las protestas de tu ego, pero
sigue sintonizado con esta idea. Todo emana de la Fuente. Tú y tu Fuente sois
uno y lo mismo! No eres ese cuerpo y sus logros.
Eres el observador Fíjate en todo
y agradece las capacidades que te han sido concedidas, la motivación para
lograr cosas y las cosas que has acumulado, pero atribúyele todo el mérito a la
fuerza de la intención que te dio la existencia y de la que formas parte
materializada. Cuanto menos necesites atribuirte el mérito de tus logros más
conectado estarás con las siete caras de la intención, más libre serás de
conseguir cosas, que te surgirán con más frecuencia. Cuando te apegas a esos
logros y crees que lo estás consiguiendo tu solo es cuando abandonas la paz y
la gratitud de tu Fuente.
7. LIBÉRATE DE TU FAMA.
La fama que tienes no está
localizada en ti, sino en la mente de los demás y, por consiguiente, no ejerces
ningún control sobre ella. Si hablas con treinta personas, tendrás treinta
famas distintas. Conectarse a la intención significa escuchar los dictados de
tu corazón y actuar basándote en lo que tu voz interior te dice que es tu meta
aquí. Si te preocupas demasiado por cómo te van a percibir los demás, te habrás
desconectado de la intención y permitido que te guíen las opiniones de los
demás. Así funciona el ego. Es una ilusión que se alza entre ti y la Fuerza de
la intención.
No hay nada que no puedas hacer,
a menos que te desconectes de la fuerza y te convenzas de que tu meta consiste
en demostrarles a los demás tu superioridad y autoridad y dediques tu energía a
intentar ganar una fama extraordinaria entre el ego de los demás. Haz lo que
haces según la orientación de tu voz interior, siempre conectada con tu Fuente
y agradecida a ella. Mantén tu propósito, deslígate de los resultados y acepta
la responsabilidad de lo que reside en ti: tu carácter. Deja que otros discutan
sobre tu fama; no tiene nada que ver contigo. Como dice el título de un libro: Lo
que pienses de mí no es asunto míO.
Publicado por: http://evolucionconsciente.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario