El historiador y economista
italiano Carlo María Cipolla (1922 - 2000) intentó responder de forma exhaustiva el interrogante
acerca de la naturaleza de la estupidez. Largos años de investigación lo
llevaron a formular varias "leyes fundamentales de la estupidez humana"
que son válidas en cualquier sociedad. Resulta que la estupidez en sí misma es
mucho más peligrosa que lo que generalmente nos parece.
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PRIMERA LEY DE LA ESTUPIDEZ. La
persona subestima la cantidad de estúpidos que la rodean.
Suena como el estatus en facebook
de una niñita mimada pero la vida se ha encargado de mostrar que es cierto. Sin
importar la opinión que tengas de la gente, siempre te encontrarás con las
siguientes situaciones:
- La persona que siempre lució inteligente y racional acaba por ser un verdadero estúpido.
- Los estúpidos siempre aparecen en los momentos y lugares más inesperados e inconvenientes para destruir tus planes.
SEGUNDA LEY DE LA ESTUPIDEZ. La
probabilidad que una persona sea estúpido no depende de sus otras cualidades.
Años de observación me
confirmaron que las personas no son iguales, algunas son estúpidos y otras no.
Esto es una característica impuesta por la naturaleza y no por factores
culturales. El ser estúpido es una particularidad que se tiene o no, tal como
el tipo de sangre, el color de piel o de cabello.
El nivel educativo no tiene nada
que ver con la probabilidad de encontrar más o menos estúpidos en un círculo
social determinado. Eso fue confirmado por numerosos experimentos llevados a
cabo en universidades y sobre cinco grupos de personas: estudiantes,
trabajadores de oficina, personal de servicios generales, ejecutivos y
profesores. Luego de analizar el grupo de trabajadores con bajo nivel educativo
el número de estúpidos resultó ser mayor de lo que yo pensaba (primera ley),
luego procedí a clasificarlos de acuerdo a condiciones sociales: pobreza,
segregación, educación insuficiente. Pero al ascender en la escala social me
encontré con la misma proporción de personas inteligentes e estúpidos que entre
los trabajadores de cuello blanco y los estudiantes. Lo que más me impresionó
fue que en el caso de los profesores (ya se tratase de una institución local o
una gran universidad) la misma proporción de educadores mostraron ser estúpidos.
Estaba tan sorprendido por los resultados que decidí llevar a cabo el
experimento en una élite de intelectuales: ganadores del premio nobel. Eso
confirmó la fuerza absoluta de la naturaleza: el resultado fue que la misma
proporción de laureados resultaron ser estúpidos.
Para muchos la premisa de la
segunda ley es dificil de aceptar pero numerosos experimentos confirman que es
una verdad de hierro. Las feministas estarán de acuerdo con ella por cuanto
afirma que la cantidad de mujeres estúpidos no es mayor a la de hombres
estúpidos, así como los habitantes de un país del tercer mundo se confortan al
decir que los países desarrollados no lo son tanto. Las conclusiones de la
Segunda ley asustan: ya sea que te codees con la crema y nata de la sociedad británica
(por ejemplo) o te mudes a Polinesia con el fin de hacerte amigo de los
cazadores locales; aunque te confines en un montasterio o pases el resto de tu
vida en un casino rodeado de mujeres de pago siempre tendras que soportar a la
misma cantidad de estúpidos cuyo número (tal y como lo dice la Primera Ley)
siempre superará tus expectativas.
TERCERA LEY DE LA ESTUPIDEZ. Un estúpido es una persona cuyos actos
tienen consecuencias negativas en la vida de otra persona o grupo de personas
sin que eso le traiga algún tipo de beneficio a él mismo, pudiendo incluso
dañarlo.
La tercera ley propone que todas
las personas se dividen en cuatro grupos: incautos (IC), Inteligentes (IN),
malvados (M) e estúpidos (E).
Si Pedrito ejecuta una acción que
tiene por consecuencia pérdidas en la vida de otra persona pero le trae
beneficios a Juanito entonces el primero hará parte del grupo de los Incautos
(IC). Si Pedrito hace algo que le trae benefício a él y a Juanito entonces se
dice que es inteligente (IN). Si las acciones de Pedrito le traen beneficios a
él y Juanito sufre las consecuencias, entonces podemos decir que Pedrito es un
malvado (M). Finalmente, Pedrito sería un estúpido (E) si se encuentra en la
parte perdedora en todos los casos.
No es difícil imaginarse la
escala del daño que pueden causar los estúpidos si por algún motivo llegan a
tener acceso a los organos políticos o sociales dirigentes. Pero vale la pena
especificar qué es lo que hace que sean tan peligrosos.
La gente estúpida es peligrosa
porque para las personas racionales es muy difícil comprender la lógica de
comportamiento irracional.
Una persona inteligente es capaz
de entender la lógica de un malvado porque el malvado es racional y su única
intención es conseguir más riqueza pero no es lo suficientemente listo para
ganarla rápido legalmente. El malvado es predecible y por eso es posible
defenderse de él. Pronosticar las acciones de un estúpido no es posible, por lo
tanto atacará y herirá sin razón, sin un objetivo y sin un plan, en el lugar
menos esperado a la hora menos apropiada. No es posible predecir cuando el
estúpido dará su próximo golpe. Al confrontarse contra una persona así, el
inteligente está casi a merced de la estupidez de su contendiente que actúa de
forma errática y muy peligrosa.
El ataque de un estúpido casi
siempre ocurre cuando tenemos baja la guardia.
Incluso cuando el ataque se
vuelve evidente es muy difícil defenderse porque carece de estructura racional.
De esto hablaba Schiller cuando
decía: “Contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano“.
CUARTA LEY DE LA ESTUPIDEZ. Los
que no son tontos siempre subestiman el potencial destructivo de los que sí lo
son.
En específico, los
”no-estúpidos" siempre olvidan que relacionarse con un estúpido en
cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier circunstancia es un error
que le saldrá caro en el futuro.
Los incautos (grupo IN) por lo
general no son capaces de reconocer el peligro que representan los estúpidos
(grupo E), lo que no es sorprendente. Lo que sí lo es es que los estúpidos
también subestiman a los inteligentes y a los malvados. En presencia de un
estúpido ellos se relajan y se ufanan de su superioridad intelectual en vez de
reaccionar de inmediato y llevar al mínimo el daño que sin duda alguna causará
el estúpido con alguno de sus actos.
El estereotipo generalizado es
que el tonto sólo se hace daño a sí mismo. No, no hay que confundir a los
estúpidos con los pobres incautos. Nunca se debe entablar ningún tipo de
alianza con los estúpidos pensando que será posible usarlos para obtener un
beneficio. De hacer eso será evidente que no se tiene claro el funcionamiento
de la naturaleza del estúpido. En ese caso se le estaría dando la oportunidad
de deambular alrededor y causar daño.
QUINTA LEY DE LA ESTUPIDEZ. La
estupidez es el tipo de personalidad más peligroso que existe.
Por consiguiente:
Un estúpido es más peligroso que
un malvado.
El resultado de las acciones de
un malvado ideal es una simple transición de riquezas de una persona a otra,
algo que a grandes rasgos le da igual a la sociedad. Si todos los miembros de
esa comunidad fueran malvados ideales lo único que ocurriría es que todo
empezaría a podrirse poco a poco pero no habría una catástrofe. Todo el sistema
se basaría en la transición de riquezas a favor de quien tome acciones para
lograrlo y tal como todos serían malvados ideales entonces la situación sería,
en pocas palabras, estable. Es fácil ver un ejemplo de ello en cualquier país
cuyos dirigentes sean corruptos y cuyos ciudadanos ignoren las normas
constantemente.
Cuando los estúpidos entran a
escena el cuadro cambia completamente. Ellos causan daño sin dejar ningún tipo
de ganancia. La riqueza se destruye y la sociedad empobrece.
La historia confirma que sin
importar el periodo un país progresa siempre y cuando haya personas
suficientemente inteligentes en el poder que sepan mantener a los estúpidos
activos al margen sin permitirles destruir lo que los inteligentes han logrado.
En un país con economía en retroceso existe la misma cantidad de estúpidos pero
la cúpula de la sociedad cuenta con más estúpidos y malvados, mientras que el
resto de la sociedad está conformada por incautos. Tal configuración fortalece
las consecuencias destructivas de los estúpidos y todo el país se va al diablo.
Publicado en GENIAL
http://genial.guru/inspiracion-psicologia/las-5-leyes-de-la-estupidez-humana-9005/
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