CHAMANISMO: Tanto el chamanismo como la psicoterapia apuntan a
curar la psiquis y el alma, pero sus puntos de vista sobre cómo facilitar la
curación a menudo son contradictorios. Mientras que el proceso terapéutico se desarrolla a
lo largo de una línea de tiempo, el chamanismo construye una estructura en el
espacio. La curación chamánica tiene lugar en una zona atemporal, un tiempo
mítico en el que está presente todo lo que alguna vez fue y todo lo que alguna
vez será. Una segunda diferencia entre chamanismo y
psicoterapia son los roles, tanto del chamán como del terapeuta.
CHAMÁN: Es el experto que conoce su camino a través de
las estructuras de curación del universo y es capaz de activar aquellos poderes
que son necesarios en cierta situación. Habiéndolo hecho, su trabajo está
básicamente terminado, de alguna manera, se retira. La responsabilidad del
ritual está en manos del chamán, pero la responsabilidad de la curación está en
manos de los espíritus. Un chamán moviliza fuerzas y poderes externos:
espíritus sanadores y fuerzas de la naturaleza. Un terapeuta, en cambio, trata
de activar las cualidades que están latentes dentro de un cliente.
LAS CONSTELACIONES FAMILIARES: Cada ser humano trae en si mismo toda la información
de las vidas de las que procede tanto a nivel psíquico como a nivel físico. Es
aquello que llamamos herencia y se encuentra impreso en lo más profundo de
nuestro ser, en nuestros genes y en el inconsciente colectivo de nuestra
familia y tiene la capacidad de ser transmitida de generación en generación.
Así pues algunos heredamos los ojos verdes del abuelo, las piernas cortas que
también tenía nuestro padre y que a su vez tenía su propia madre. Otros
miembros de nuestra familia nacerán con los ojos pardos y las piernas cortas
evocando a otra fracción de la herencia familiar. También heredamos por ejemplo, el buen o mal
carácter, gustos determinados, la diligencia, la fuerza y el compromiso o las
tendencias depresivas, neuróticas, psicóticas u obsesivas que caracterizaron
posiblemente alguno de nuestros antepasados.
Formamos entonces parte del alma y del destino de
muchas personas con las cuales estamos de alguna manera directamente
relacionados. Es un alma que es arte y parte de una historia y que se hereda de
generación en generación y que marca a cada ser humano de una manera
particular. Somos parte del campo morfogenético de nuestra
especie y particularmente del campo morfogenético de nuestra familia. Allí se alberga
toda la información de nuestra historia familiar la conozcamos o no. Esta
historia está impresa en nuestras células conllevando un orden que permite que
la vida fluya a través de nosotros.
Este orden se traducirá en cualidades. Pero también
heredamos los conflictos no resueltos que se hayan podido generar en el seno de
nuestras familias debido a factores como pueden ser:
- La violencia intra o extrafamiliar (guerras, asesinatos, suicidios, luchas de poder).
- Perdidas de seres queridos.
- Abortos.
- Separaciones traumáticas.
- Abandonos.
- Accidentes fatales.
- Exclusión de personas de la familia.
- Inversión del orden jerárquico dentro del seno familiar.
- Secretos familiares, como pueden ser la de la existencia de relaciones vinculantes extramaritales, hijos no reconocidos, crímenes, etc.….
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