podido aprender de sus propias experiencias, entregado parte de las mías y contruído redes a través de las cuales le ponemos excusas a la vida para continuar con la comunicación y el encuentro interhumano. Ésto me ha engrandecido enormemente y por ello siento la necesidad de agradecer, no solo a Hans como el promotor, sino a cada uno de ustedes, maravillosos seres humanos, con los que me inspiro para construir una mejor sociedad.
En estos días, en donde las crisis tocan a la puerta con tanta frecuencia, ocurre un gran milagro: comenzamos a vernos los unos a los otros con los ojos de la inocencia, es decir los ojos del niño que simplemente se da cuenta de su gran necesidad por el otro. Otro, que al igual que él se encuentra carente y necesitado del apoyo, del abrazo… del afecto.
Es en este escenario en donde el fortalecimiento de las redes sociales se han venido haciendo prioritarias y maravillosas y somos precisamente los facilitadores, como profesionales del tejido humano, los que con nuestras herramientas estamos abriendo los más amplios caminos para la mutua construcción en nuestras poblaciones, regiones y países. No es extraño encontrar anuncios que nos convocan en los más importantes espacios de concertación y conciliación humana: “se necesita facilitador…”
Así, vernos, conocernos, aprendernos, enseñarnos, abrazarnos, danzar, conversar, reír, soñar JUNTOS, resulta ahora más importante que nunca ...¡Y hacerlo, uniendo fuerzas y traspasando las fronteras de lo local, lo es mucho más!.
La 1era. CONVENCIÓN LATINOAMERICANA DE FACILITADORES vuelve a convertirse en el mejor de los pretextos para hacernos cada vez mejores “Facilitadores Para Latinoamérica”. Una Latinoamérica que nos requiere y añora, que nos pide a voz en cuello el concurso para Ser y Hacer de nuestros países verdaderos espacios para el Desarrollo Humano.
Espero compartir con todos ustedes, mis hermanos de la facilitación, los nuevos aprendizajes que la vida, las personas y las comunidades me han entregado en este año, sobre todo en la comprensión de las competencias que el facilitador latinoamericano debe ostentar en su labor, así como las nuevas reflexiones en torno a dos temas que ya hemos abordado en los anteriores encuentros: la atención psicosocial en situaciones de desastre y el fortalecimiento de las habilidades para la educación de los hijos.
Nos vemos en Octubre… en Lima.
Ahhhhh! desde ya les estoy extrañando y añorando
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