lunes, 11 de marzo de 2013

EFECTO BANDWAGON (el efecto arrastre)

El Efecto Bandwagon, más conocido como: el “efecto de arrastre”, el “efecto de la moda” o de “subirse al carro”; se refiere a una tendencia en la cual las personas asumen ciertas creencias y comportamientos por el solo hecho de que un número significativo de personas lo hacen o creen en ello. Se refiere a la asunción de ciertos patrones desarrollados por la multitud sin detenerse a examinar o valorar su pertinencia o su relación con nuestras necesidades e intereses.

Los orígenes del término Efecto Bandwagon resultan muy curiosos, remontándose al año 1848. En aquellas fechas Dan Rice, un payaso de circo, utilizó su bandwagon para atraer la atención de las personas en la campaña política de Zachary Tailor; en la misma medida en que la campaña aumentaba su fama, cada vez más políticos aspiraban a sentarse en aquel bandwagon, en la espera de asociarse al éxito. Para el año 1900 ya los bandwagon se habían convertido en un ícono de las campañas presidenciales y se había popularizado la frase: “subirse al carro”, en su sentido más peyorativo.

El Efecto Bandwagon nos afirma que casi todo es una cuestión de números, mientras más personas asuman un comportamiento o una creencia, existirán mayores probabilidades de que otras personas se añadan a esta “nueva moda”. No obstante, no todo se reduce a los números, también es esencial la percepción de satisfacción, éxito o disfrute; evidentemente, si observamos que las personas no disfrutan u obtienen beneficios con sus creencias o comportamientos, difícilmente nos sumaremos a su modo de actuar.

Por supuesto, el Efecto Bandwagon tiene una vida limitada, normalmente porque las personas tienden a abandonar estos comportamientos cuando se percatan de las disonancias para con su propio estilo de vida o porque se dan cuenta que realmente no cumple con sus expectativas.

Las personas que desean propiciar el Efecto Bandwagon saben que en primer lugar se debe estimular el sentido de pertenencia o el deseo de pertenencia. Muchas personas se suman a las modas porque pertenecen a determinado grupo social o porque desean incorporarse al mismo en aras de adquirir ciertos beneficios (que pueden ser económicos, relacionados con el éxito, el poder, el reconocimiento o simplemente para satisfacer necesidades en el arden afectivo).

Así, el primer paso para generar el Efecto Bandwagon se focaliza en hacer ver que determinado grupo de personas (generalmente un target muy específico) disfruta con el producto que se intenta promover (entendiéndose como producto ya sea una idea, un comportamiento o un objeto). Como podrán presuponer el Efecto Bandwagon resulta muy útil, particularmente a los políticos y a los publicistas.

Las causas de este fenómeno se entremezclan, podría hacerse referencia a nuestra necesidad de pertenecer a un grupo determinado y compartir sus valores y formas de comportarse, a la tendencia a asumir como cierto y correcto lo que hace la mayoría o incluso podríamos retomar la idea de Fromm de que el hombre teme estar solo. No obstante, el Efecto Bandwagon también nos muestra un aspecto más consciente que toma cuerpo en el oportunismo (cuando se asume la opinión de los otros simplemente para obtener un beneficio) o en la apatía social (cuando no asumimos nuestra responsabilidad y preferimos dejar decidir a la mayoría).

Incluso, existen algunos especialistas como Gavious y Mizrahi que han elaborado una compleja fórmula matemática según la cual se podría predecir la aparición y declive del Efecto Bandwagon.

No obstante, más allá de las posibles explicaciones sociológicas o matemáticas; considero que cada persona posee un motivo diferente para unirse a la opinión o comportamiento de la masa. Así, resumir en una única causa el Efecto Bandwagon sería apreciarlo desde una perspectiva unilateral y reduccionista.

En un mundo donde cada vez asumimos comportamientos más extremos y generalizados y nos sumamos a una opinión pública deliberadamente manipulada; probablemente la opción más inteligente sea mirar dentro de cada uno de nosotros y asegurarnos de no formar parte de este fenómeno. ¿Cómo? desarrollando una opinión propia que se sustente en el razonamiento y el cultivo de los valores humanos.


Fuentes:
Gavious, A. & Mizrahi, S. (2001) A continuous time model of the bandwagon effect in collective action. Social Choice and Welfare; 18(1): 91-105.
Nadeau, R. et. Al. (1993) New Evidence About the Existence of a Bandwagon Effect in the Opinion Formation Process. International Political Science Review; 14(2): 203-213.
 
Tomado de: http://www.rinconpsicologia.com/2010/09/efecto-bandwagon-cuando-sumarse-la-masa.html

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