El Efecto
Bandwagon, más conocido como: el
“efecto de arrastre”, el “efecto de la moda” o de “subirse al carro”; se
refiere a una tendencia en la cual las personas asumen ciertas
creencias y comportamientos por el solo hecho de que un número
significativo de personas lo hacen o creen en ello. Se refiere a la
asunción de ciertos patrones desarrollados por la multitud sin detenerse
a examinar o valorar su pertinencia o su relación con nuestras
necesidades e intereses.
Los orígenes del término Efecto
Bandwagon resultan muy curiosos, remontándose al año 1848. En aquellas
fechas Dan Rice, un payaso de circo, utilizó su bandwagon para atraer la
atención de las personas en la campaña política de Zachary Tailor; en
la misma medida en que la campaña aumentaba su fama, cada vez más
políticos aspiraban a sentarse en aquel bandwagon, en la espera de
asociarse al éxito. Para el año 1900 ya los bandwagon se habían
convertido en un ícono de las campañas presidenciales y se había
popularizado la frase: “subirse al carro”, en su sentido más peyorativo.
El Efecto Bandwagon nos afirma
que casi todo es una cuestión de números, mientras más personas asuman
un comportamiento o una creencia, existirán mayores probabilidades de
que otras personas se añadan a esta “nueva moda”. No obstante, no todo
se reduce a los números, también es esencial la percepción de
satisfacción, éxito o disfrute; evidentemente, si observamos que las
personas no disfrutan u obtienen beneficios con sus creencias o
comportamientos, difícilmente nos sumaremos a su modo de actuar.
Por supuesto, el Efecto
Bandwagon tiene una vida limitada, normalmente porque las personas
tienden a abandonar estos comportamientos cuando se percatan de las
disonancias para con su propio estilo de vida o porque se dan cuenta que
realmente no cumple con sus expectativas.
Las personas que desean
propiciar el Efecto Bandwagon saben que en primer lugar se debe
estimular el sentido de pertenencia o el deseo de pertenencia. Muchas
personas se suman a las modas porque pertenecen a determinado grupo
social o porque desean incorporarse al mismo en aras de adquirir ciertos
beneficios (que pueden ser económicos, relacionados con el éxito, el
poder, el reconocimiento o simplemente para satisfacer necesidades en el
arden afectivo).
Así, el primer paso para generar
el Efecto Bandwagon se focaliza en hacer ver que determinado grupo de
personas (generalmente un target muy específico) disfruta con el
producto que se intenta promover (entendiéndose como producto ya sea una
idea, un comportamiento o un objeto). Como podrán presuponer el Efecto
Bandwagon resulta muy útil, particularmente a los políticos y a los
publicistas.
Las causas de este fenómeno se
entremezclan, podría hacerse referencia a nuestra necesidad de
pertenecer a un grupo determinado y compartir sus valores y formas de
comportarse, a la tendencia a asumir como cierto y correcto lo que hace
la mayoría o incluso podríamos retomar la idea de Fromm de que el hombre
teme estar solo. No obstante, el Efecto Bandwagon también nos muestra
un aspecto más consciente que toma cuerpo en el oportunismo (cuando se
asume la opinión de los otros simplemente para obtener un beneficio) o
en la apatía social (cuando no asumimos nuestra responsabilidad y
preferimos dejar decidir a la mayoría).
Incluso, existen algunos
especialistas como Gavious y Mizrahi que han elaborado una compleja
fórmula matemática según la cual se podría predecir la aparición y
declive del Efecto Bandwagon.
No obstante, más allá de las
posibles explicaciones sociológicas o matemáticas; considero que cada
persona posee un motivo diferente para unirse a la opinión o
comportamiento de la masa. Así, resumir en una única causa el Efecto
Bandwagon sería apreciarlo desde una perspectiva unilateral y
reduccionista.
En un mundo donde cada vez
asumimos comportamientos más extremos y generalizados y nos sumamos a
una opinión pública deliberadamente manipulada; probablemente la opción
más inteligente sea mirar dentro de cada uno de nosotros y asegurarnos
de no formar parte de este fenómeno. ¿Cómo? desarrollando una opinión
propia que se sustente en el razonamiento y el cultivo de los valores
humanos.
Fuentes:
Gavious, A. & Mizrahi, S. (2001) A continuous time model of the bandwagon effect in collective action. Social Choice and Welfare; 18(1): 91-105.
Nadeau, R. et. Al. (1993) New Evidence About the Existence of a Bandwagon Effect in the Opinion Formation Process. International Political Science Review; 14(2): 203-213.
Tomado de: http://www.rinconpsicologia.com/2010/09/efecto-bandwagon-cuando-sumarse-la-masa.html
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