Cada vez más es
necesario ir adquiriendo las habilidades y competencias que nos permiten
trabajar adecuadamente en equipo. En lo personal, me resulta curioso que este
tema esté tan de moda cuando, en la práctica, el ser humano siempre ha debido
trabajar en equipo (probablemente el individualismo y la competición
desenfrenada ayudaron a ocultar la importancia de la colaboratividad)
Pero aquí estamos
ahora, en un punto de inflexión histórica donde las más elaboradas e
impresionantes obras constructivas, hasta las mínimas actividades cotidianas,
examinadas en su larga cadena de causas y efectos, nos permitirá reconocer que
para llevarlas a cabo se ha requerido del esfuerzo y colaboración de mucha
gente en distintos momentos, lugares y situaciones.
Según Guillermo
Ballenato, en su libro Trabajo en equipo “…el trabajo en equipo es una
inversión en el futuro, un pilar fundamental del progreso social y del
desarrollo humano, tanto personal, como académico y profesional. Pero, en
ocasiones, puede resultar especialmente difícil o complejo.”
¿Por qué?
No hemos
comprendido aún que para trabajar en equipo necesitamos poner al servicio del
objetivo de éste, todas nuestras capacidades colaborativas, todo nuestro
respeto, toda nuestra reserva de tolerancia y generosidad, dejando de lado la
figuración personal y sumiéndonos en el colectivo que debe cumplir su tarea.
Por cierto, nada más distinto y distante de las recetas de éxito individualista
que pregonan los medios masivos de comunicación social.
Sin embargo, una
vez que logramos trabajar en equipo, aparece como consecuencia lógica y
razonable el éxito personal, porque un buen equipo contribuye poderosamente al
desarrollo personal de una manera tal que no sólo aporta en lo profesional o
laboral, sino también en el desarrollo humano, en el despliegue de las mejores
características personales de los individuos que lo conforman.
El respeto, la
confianza, la aceptación, la valoración de la variedad y la diferencia, la
empatía, la equidad, son elementos importantes en las relaciones humanas y en
la medida en que las actualizamos en el trabajo en equipo se van volviendo
conductas permanentes, robustas y que nos hacen ser mejores personas.
Desde niños es
fundamental desarrollar trabajos en equipo, pero debemos hacerlo de manera
intencionada y con objetivos claros, potenciando los equipos que trabajan en
forma verdaderamente colaborativa y enseñándoles a trabajar así. Todos hemos
tenido, creo, la mala experiencia de los conocidos “trabajos en grupo”, donde
uno o dos alumnos hacen todo y el resto sólo aporta su nombre en la portada del
trabajo. Eso no sirve para nada, pero sigo asombrándome cómo permitimos en las
escuelas que ello siga ocurriendo.
Según ha sido
señalado antes las habilidades para el trabajo en equipo podrían agruparse en
las llamadas “5C”, aquí agregaremos dos más que parecen necesarias, las “7C”:
1. Compromiso:
Cada miembro del equipo tiene un compromiso personal tan fuerte que lo impele a
aportar lo mejor de sus capacidades y talentos en beneficio del éxito del
trabajo común.
2. Constancia: El
trabajo y el aporte debe ser constante y aunque la vida suele provocarnos
ciertas intermitencias producto de otras urgencias, tener presente la necesidad
de la constancia nos hará estar más atentos para percatarnos cuándo estamos
participando menos de lo que nos comprometimos.
3. Consecuencia:
No sólo en el trabajo en equipo, sino que en todo en la vida, requerimos ser
consecuentes, ha de ser nuestro sello personal, la característica por la cual
seremos bien reconocidos. En un equipo de trabajo la consecuencia va mucho más
allá de hacer lo que decimos (algo que no siempre ocurre en los equipos), sino
que hacerlo desde la mayor autenticidad personal.
4.
Complementariedad: Cada miembro conoce o se desempeña mejor en áreas distintas
del proyecto. Es necesario saber y reconocer que todos esos talentos son necesarios
para el éxito del equipo.
5. Coordinación:
Ha de haber un líder que coordine el trabajo de manera organizada a través de
un plan o proyecto que guíe el hacer colectivo e individual.
6. Comunicación:
El trabajo en equipo exige una comunicación abierta y eficiente entre todos los
miembros, ello es fundamental para coordinar adecuadamente la labor de cada
integrante en beneficio del éxito comunitario.
7. Confianza: Cada
miembro del grupo debe confiar en sus compañeros, en que ellos están dando -al
igual que él- lo mejor de sus talentos y esfuerzos.
Para trabajar en
equipo hay crear una nueva identidad, una identidad colectiva que, al menos en
el área de trabajo del equipo, sea más importante que el lucimiento personal y
la búsqueda individual de reconocimientos.
Tomado de:
http://pedablogia.wordpress.com/2009/07/16/las-7-c-para-trabajar-en-equipo/
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